Abiatar
Sin embargo, un hijo de Ajimélec, llamado Abiatar, logró escapar y huyó hasta encontrarse con David. 1 Samuel 22:20.
La historia de este sacerdote la podemos dividir en tres momentos.
El primero, cuando estaba con su familia en Nob. Ante el asesinato masivo ordenado por Saúl, él consigue escapar y busca protección en el campamento de David. Este se compadece por la situación en la que está viviendo, lo acepta en su grupo y le promete protección.
El segundo momento es todo el tiempo que estuvo acompañando al rey David. Es natural que le haya sido fiel durante todos esos años. Fundamentalmente al inicio de la relación, como sacerdote, Abiatar podía entender perfectamente los temores, las frustraciones, el pensamiento del fugitivo. ¡Cuán bueno es sentir que tu líder espiritual te entiende y comparte tus preocupaciones!
Cuando Absalón, el orgulloso hijo de David, quiso deponer a su padre del trono, Abiatar se preparó para huir con su rey una vez más. Pero, la orden que recibió (y cumplió) fue la de quedarse junto con el arca, en Jerusalén.
El tercer momento de la vida de este sacerdote está marcado por la segura muerte de David y la sucesión al trono. Estando muertos los tres hijos mayores del rey, Adonías cree que el trono le corresponde. Joab, instigador político y militar de este complot, consigue el apoyo del sacerdote. Pero, para Dios, el futuro rey del pueblo sería Salomón.
El sacerdote que tan fiel fuera a David no consiguió mantener esa fidelidad para con el Cielo. Cuando escuchas la Palabra divina pero lo que oyes no te gusta, ¿cómo reaccionas? ¿Obedeces? ¿Te apoyas en tradiciones, costumbres, conveniencias, para intentar algo diferente? No malgastes ni tiempo ni energía. Si Dios lo ordena, tú, como criatura inteligente, obedeces.
La tradición marcaba la obligación de que el hijo mayor heredara el trono, pero Dios no se ata a costumbres humanas. Haber apoyado el complot fue el error que le costó tener que dejar su responsabilidad sacerdotal. ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué fue contra la clara y específica orden divina? Tampoco lo sabemos; pero no me es difícil observar la actuación del defensor de las costumbres, de las tradiciones, de lo que “siempre se hizo así”.
Abiatar nos enseña que es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.
Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2014
“365 Vidas”
Por: Milton Betancor
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