Reflexiones para tí.

Rut

Pero Rut respondió: “¡No insistas en que te abandone o en que me separe de ti! Porque iré adonde tú vayas, y viviré donde tú vivas. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios”. Rut 1:16.

Cuando el testimonio que damos es poderoso, continuo y creíble, quienes nos rodean están dispuestos a tomar decisiones que modifiquen sus vidas. La gran pregunta es: nuestro testimonio ¿es poderoso, continuo y creíble?

Un testimonio poderoso cualquier orador medianamente preparado lo puede dar; pero Noemi no debió haber predicado ni un solo sermón. No podemos esperar que una actitud correcta perdida en un mar de acciones incorrectas convenza a alguien; Noemi debió haber dado un testimonio positivo diariamente.

Si lo que decimos no está tan lejos de lo que hacemos, podemos hacer que la gente crea en lo que estamos diciendo; seguramente Noemi actuaba y hablaba en una sintonía tal que la hacía una persona creíble. El secreto hoy es el mismo, unir los tres elementos para hablar, mostrar y reflejar a Cristo.

Rut no solo se enamoró del hijo de Noemi; también se enamoró del Dios del hijo de Noemi. Esta familia le mostró un Dios por el que valia la pena dejar todo y aventurarse en una tierra extraña. El futuro que ella estaba eligiendo era complicado, solitario, seguramente triste. Lejos de todos y de todo lo suyo. Pero ella lo elige porque sabía que había algo que valía la pena. Ella tiene un concepto correcto de Dios, por más que todas las circunstancias mostraban lo contrario.

Rut tema muchas razones para decidir no elegir a Dios. Estaba sola, era viuda, era pobre, era extranjera. Podía creer que Dios era el culpable por todas las desgracias que le habían ocurrido; tenía derecho cultural a hacerlo. Pero por alguna razón ella lo eligió, y lo eligió hasta la muerte.

Elegir a Dios no es cuestión de perspectivas. Elegir a Dios no es una inversión en la bolsa de valores, para ver qué resultado va a dar. Quien elige a Dios lo hace sin importar lo que parezca, sin medir posibilidades. O Dios es el centro de tus decisiones o no es tu Dios.

Si eres como Noemi, alguien que ya lo conoce y que intenta seguirlo, muéstralo como una realidad absoluta en tu vida; refléjalo en tus palabras, en tus acciones, en tu vida. Sí eres como Rut, alguien que lo está conociendo, no saques cuentas: confía en él.

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2014
“365 Vidas”
Por: Milton Betancor






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