Reflexiones para tí.

Jotán

Un día los árboles salieron a ungir un rey para si mismos. Y le dijeron al olivo: “Reina sobre nosotros”. Jueces 9:8.

Jotán es el hijo menor de Gedeón, que consiguió escapar de la matanza de sus hermanos, que Abimélec realizó.

En el momento en el que el pueblo de Siquén estaba por coronar al asesino, el muchacho, cuyo nombre significa “Jehová es perfecto”, grita esta alegoría con la intención de que reflexionen sobre lo que estaban haciendo, y luego huye por su vida.

La parábola, esencialmente, relata el momento en el que los árboles desean elegir un rey. La relación con la historia del momento es sumamente clara. Así como los árboles, los hombres de Siquén estaban interesados en lo mismo. Solo que mientras el olivo, la higuera y la vid, los tres árboles más valiosos de la región, no aceptan la invitación; el espino, la insignificante planta de los cerros de Palestina, los invita a abrigarse bajo su sombra.

Gedeón y los grandes hombres de Israel rehusaron el pedido de transformarse en rey (Juec. 8:23) del pueblo; entendían que Dios mismo tenía que gobernarlos. En ese instante de la historia, Abimélec era como un espino que quisiera gobernar.

El olivo, la higuera y la vid rechazan el ofrecimiento porque entienden que la función que ellos prestaban era un servicio demasiado valioso como para abandonarlo, para asumir un cargo que les parecía innecesario. El espino, por el contrario, estaba ansioso de gobernar, y para eso ofrece lo que le es imposible cumplir (abrigarse bajo su sombra).

Generalmente, los olivos, las higueras y las vides tienen tan clara su función en esta tierra que no andan por los caminos de la vida pidiendo ser reyes de nada. Cumplen fielmente su trabajo, alegran la existencia de quienes los rodean y ayudan a quienes los necesitan. Saben de su valor, por eso no están preocupados con lo que los otros hacen o dejan de hacer, dicen o dejan de decir.

¡Qué diferentes de los espinos! Tan pequeños, inútiles e hirientes. Quieren funciones que no pueden ni saben desarrollar, desean cargos para los que no están preparados, quieren honores que no les corresponden.

Hoy te puedes comportar como un olivo o una higuera, ayudando a tus semejantes, o como un espino. Hoy puedes ofrecer a quienes te rodean aceite, alimento y bebida, o espinas. Tú eliges.

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2014
“365 Vidas”
Por: Milton Betancor






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