Reflexiones para tí.

Cognitivismo cristiano

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Romanos 12:2.

Nuestra conducta está determinada, en gran medida, por nuestras cogniciones; es decir, nuestros pensamientos, la forma en que simbolizamos (interpretamos) la realidad, el sentido y el valor que les damos a los hechos. Para decirlo de manera simple: somos y actuamos de acuerdo con lo que pensamos o de acuerdo a cómo pensamos.

Nuestras cogniciones, en gran medida, están formadas en primer lugar por la visión del mundo que nos proyectaron los seres más cercanos (padres, hermanos, parientes), así como otras influencias sociales que van apareciendo a medida que vamos creciendo (maestros, amigos, compañeros de colegio). También influye el mundo de la cultura: los libros, lo que nos enseñan en la escuela y, especialmente, la influencia de los medios masivos de comunicación, con la televisión a la cabeza. Y también hay que tener en cuenta la fuerza de las tradiciones, ya sean familiares, nacionales o sociales, así como el folclore de cada región.

Todo este conjunto de visiones de la realidad conforma nuestra forma de ver el mundo, que en muchos casos está teñida de una visión afectada por el pecado.

Por eso, en nuestro texto de hoy, la Palabra de Dios nos invita a no “conformarnos” a este siglo (mundo); es decir, a no dejar que la inercia de aquella formación errónea que quizás hayamos recibido sea lo que maneje nuestra mente y, por lo tanto, nuestra conducta. Por el contrario, Dios te llama a una renovación interior: “transformaos”.

Y, lo más notable es que nuestro texto nos dice dónde empieza nuestra transformación: en la mente. “Transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento”. Dios nos propone una renovación interior a partir de nuevas cogniciones, nuevas formas de ver la realidad. Y esa nueva forma de ver la vida es la que nos brinda la “buena voluntad de Dios”, revelada en la Biblia, que es “agradable y perfecta”, porque proviene del único Ser perfecto y absolutamente agradable del universo, Dios. Somos llamados a tener “la mente de Cristo” (1 Cor. 2:16).

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2015
“El tesoro escondido”
Por: Pablo Claverie






NUESTRAS CREENCIAS
SUSCRÍBETE A NUESTRO BOLETÍN DE ESPERANZA

NUESTRAS CREENCIAS
NUESTRAS CREENCIAS

Las creencias adventistas tienen el propósito de impregnar toda la vida. Surgen a partir de escrituras que presentan un retrato convincente de Dios, y nos invitan a explorar, experimentar y conocer a Aquel que desea restaurarnos a la plenitud.

Leer más.